Cádiz en Moto

El dios Eolo debe estar encorajao con los moteros, porque llevamos mes y medio en los que no ha habido ni un fin de semana sin el desagradable viento de levante. Para aprovechar ese tiempo, he ido poniéndole accesorios que considero indispensables a la moto, y de paso he grabado algunos vídeos del montaje por si os puede ser de utilidad.

Baúl Givi Trekker Dolomiti y parrilla SRA5134

La capacidad de carga de la F850GSA de serie es básicamente nula, a excepción del hueco para herramientas bajo el asiento. Por eso, instalar un baúl para transportar cosas y dejar el casco cuando aparcas es esencial.

En mi caso me he decidido por el Givi Trekker Dolomiti de 46 litros. No es de los más grandes, ese puesto lo tiene el Givi Trekker Outback de 58 litros, pero tampoco es de los más pequeños. Además, sus formas redondeadas hacen que se aproveche bastante bien el espacio interior.

Aquí tenéis el vídeo de instalación, colocando primero la parrilla SRA5134 que es la específica para mi modelo de moto.

Alzas Hornig 26876

Para los que somos altos, unas alzas de manillar aumentan un montón la comodidad en la conducción, al acercar y elevar el manillar y permitirnos ir más erguidos. En mi caso, primero intenté montar estas alzas «sin marca» de Amazon, pero elevaban demasiado y el cable del embrague no parecía estar lo suficientemente suelto, así que al final instalé estas alzas de Hornig, un distribuidor alemán de accesorios de buena calidad.

Cubrecárter Hepco & Becker

Si miras cualquier folleto publicitario de la BMW F850GS Adventure la verás en plena aventura, en paisajes boscosos o desérticos lista para la acción. La realidad es que la moto no viene especialmente preparada para esa acción aventurera, al menos en cuanto a protección del motor se refiere. El cubrecárter que trae es una pequeña bandeja de plástico bastante frágil, por lo que me decidí a instalar este cubrecárter de Hepco & Becker de aluminio de 4mm de grosor, que además de proteger tiene una pinta brutal.

¿Queda algo más?

Otros accesorios que he montado pero de los que no he hecho vídeo son el soporte para el GPS y otros dispositivos de Givi, y la extensión de la superficie de la pata de cabra, del chino por supuesto.

Queda pendiente solucionar un asunto con el pedal de freno, que viene demasiado bajo y para conducción offroad de pie se hace súper incómodo, pero de eso os hablaré en otro post.

La última vez que os escribí prometí que era una despedida temporal, y lo prometido es deuda. Así que aquí estoy, de vuelta.

Casi tres años han pasado desde la última entrada en el blog. Circunstancias personales (positivas, por suerte) me hicieron vender la moto, con la esperanza de volver en cuanto pudiese. Han sido dos años y medio sin rutas, sin visitar el Puerto de las Palomas en Grazalema, sin rodear el embalse de Zahara de la Sierra ni comer en la peña galguera de Villamartín. Este tiempo sin mi terapia motera me ha ido pasando factura, cualquiera con el gusanillo de las dos ruedas sabe de lo que hablo.

Todo re-arranque, toda vuelta a la normalidad tiene sus fricciones. A estas alturas todos nos hemos vuelto unos expertos en nuevas normalidades. A mediados del año pasado ya estaba allanando el terreno para volver por aquí, y las casualidades de la vida — que a menudo no son tal — quisieron que me topara con una iniciativa en un famoso foro de coches para la compra conjunta de motos BMW con la idea buscar un buen descuento y, de paso, solventarle el año fiscal al concesionario elegido.

Y aunque pudiese parecer una locura, que lo era, la cosa salió adelante y hemos sido casi 20 los afortunados propietarios que, tras meses de negociación, podemos disfrutar de nuestras nuevas monturas alemanas. Es de rigor agradecer a Pablo, aka Enfermero en Ruta, el encomiable esfuerzo de negociación y mediación que ha hecho con los concesionarios, gracias al cual la iniciativa ha llegado a buen puerto.

Como se puede ver en las fotos, la nueva montura es una BMW F850GS Adventure que es una auténtica bestia en asfalto y espero que también en tierra, terreno que espero tocar bastante, ya que no tuve mucha ocasión de hacerlo con la anterior F800GS.

¿Hacia dónde irá el blog ahora? Es una buena pregunta. Tal y como expliqué en la anterior entrada de despedida, lo cierto es que el alcance que tuvo el blog no fue el esperado en relación al esfuerzo que, con los años, conllevó llevarlo adelante. Pero sigo fiel a la idea de seguir enfocándolo tal y como me gustaría encontrármelo a mí.

Aún así hay ciertos cambios que ya, desde esta misma entrada, voy a poner en marcha. Por un lado, la redacción será más personal. Al fin y al cabo, detrás de Cádiz en Moto solo hay una persona, cosa que quiero reflejar. A menudo confunden el blog con el de un grupo motero, el de alguna agencia de rutas en moto y cosas similares. Pero no, esto es un blog personal abierto a todos.

Otro de los cambios será darle más importancia a los aspectos propiamente moteros. Al fin y al cabo, el 50% de Cádiz en moto es la moto, por lo que intentaré reflejarlo tanto en las fotos, como en las rutas, como en otra clase de contenidos — por ejemplo, algunos vídeos de mecánica que tengo preparados donde monto algunos accesorios a la moto.

En resumen, os doy de nuevo la bienvenida a Cádiz en Moto, y espero veros por aquí y por otras redes sociales, especialmente en Instagram, donde podéis encontrar más fotos e historias. ¡Nos vemos en la carretera!

Tras casi cuatro años de blog, toca pasar página y lanzar un fundido “a gris”, que no a negro. Han sido cuatro años de grandes descubrimientos, de muchos kilómetros en moto (más de 70.000) y de muchísimos rincones descubiertos en nuestra provincia. Todo este tiempo he hecho algo que me gusta, que es salir en moto a descubrir sitios nuevos de Cádiz, y lo he intentado documentar lo mejor posible, tal y como me hubiera gustado encontrarlo a mí.

Ha sido un viaje interesante e intenso, de cientos de kilómetros semanales que he disfrutado mucho, a veces solo y a veces en buena compañía. Un viaje a lomos de diferentes motos, cada una con sus ventajas y sus inconvenientes. Primero, rodando en la Honda NC700S, una moto muy capaz que supuso mi bautizo motero, con unas prestaciones a la altura de motos de mayor envergadura y una idiosincrasia propia que no dejaba indiferente a nadie.

Más tarde, a lomos de la BMW F800GS, pude saborear una faceta totalmente nueva del motociclismo, permitiéndome adentrarme en caminos de tierra que me dieron acceso a rincones aún más especiales, si cabe, de nuestra provincia gaditana. Fue breve, menos de un año, pero intensa la experiencia con esta BMW, que a buen seguro seguirá disfrutando su nuevo dueño.

Lamentablemente estos cuatro años de Cádiz en Moto también han tenido sus sombras. Desde el comienzo el proyecto tuvo una proyección sin ánimo de lucro, con el único interés de compartir las rutas y lugares que visitábamos, aún conllevando una inversión de tiempo y dinero relevante. A pesar de ello, y bajo mi opinión, el proyecto sufrió la indiferencia de gran parte de la comunidad motera, no sé si por el enfoque más bien turístico del blog o por no haber sabido promocionarlo desde un enfoque apropiado. Buena muestra de ello es que tras cuatro años ni siquiera llegamos a los 1000 likes en la página de Facebook.

En algunos casos, incluso, el blog fue incluso recibido con negatividad, hasta llegar al punto de que algún grupo motero gaditano me llegó a acusar de pretender “adueñarme” de las rutas moteras que publicaba.

En cualquier caso, el balance sigue siendo totalmente positivo, y es por ello que quiero que esto no suponga un punto y final, sino un fundido a gris que en un futuro espero poder continuar, cuando las circunstancias sean mejores.

Muchas gracias a todos por estar ahí.