En la salida del sábado 28 de marzo, para inaugurar las vacaciones de Semana Santa, estuvimos visitando la zona de la Torre de Guadalmesí en Tarifa. El camino comienza en una salida ubicada en el kilómetro 89.5 de la N340 en su sentido ascendente.
Tras bajar el camino, nos encontramos con un acceso teóricamente prohibido a unas instalaciones militares. Afortunadamente, se encuentran abandonadas desde hace muchos años y se puede acceder sin problema.
No serán las primeras que nos encontraremos en el camino. La costa de Tarifa cuenta con numerosos emplazamientos militares, principalmente construidos durante y después de la Guerra Civil. En este artículo en DialNet se detallan de forma extensa las diferentes edificaciones que se fueron construyendo a lo largo de la costa municipal.
Tras pasar estos almacenes escavados en la colina, con símbolos de tiempos pasados, llegamos al primero de los acuartelamientos abandonados, que cuenta con varios edificios desperdigados en la zona.
Según las indicaciones y algo de investigación posterior, el acuartelamiento perteneció a la 10ª Batería de Costa del Ejército, conocida como El Cascabel, que estuvo en uso hasta hace menos de siete años. Según cuenta este artículo de ABC, los edificios sufrieron un rápido deterioro a causa del expolio que se produjo en cuanto el Ejército abandonó la zona. Es por ello que ahora está todo tapiado.
Un carril al lateral del acuartelamiento llevaría a la zona de artillería, a la cual no pudimos acceder por lo escarpado del terreno para la moto que llevamos.
Abandonando la zona militar seguimos el camino de bajada a la costa, que desde la altura se vislumbra impresionante, con el Monte Musa al fondo, ya en el continente africano.
Según bajamos llegamos a un cruce con indicaciones hacia la torre de Guadalmesí, bajando, y hacia otra base militar también abandonada, que visitamos fugazmente. Su estado era similar al acuartelamiento del Cascabel. De paso, aproveché para hacerme un selfie con África como telón de fondo.
Volvimos al cruce y ya sí cogimos el camino hacia la torre de Guadalmesí. El recorrido es muy accidentado, sobre todo el último tramo. Hay que ir con mucho cuidado porque no está asfaltado y hay tramos con corrimientos de tierra. Con todo, llegamos sanos y salvos a la torre. Se trata, según un panel informativo en sus cercanías, de una torre militar de vigía, construida en el siglo XVI. Al parecer, su utilidad residía en evitar que los buques enemigos se aprovisionaran de agua dulce, proveniente del río Guadalmesí.
Es precisamente la salida del río Guadalmesí la que se puede apreciar justo al pie de la torre, junto a una pequeña cala de aguas turquesas que bien podrían protagonizar un anuncio sobre vacaciones paradisíacas.
Tras disfrutar un rato de la total tranquilidad de la zona, deshicimos nuestros pasos hasta la N340 y decidimos pasar el resto del día por la zona de Algeciras y Gibraltar, dado que el clima ya empieza de nuevo a acompañar y el verano está a la vuelta de la esquina.