En la costa oeste de Málaga, creciendo en el municipio de Estepona se encuentra Sierra Bermeja, una cadena montañosa de imponente tamaño y peculiar aspecto, debido principalmente a un tipo de rocas de origen volcánico llamadas peridotitas.
En particular, en el extremo suroeste se encuentran Los Reales de Sierra Bermeja, un paraje natural que puede visitarse subiendo por la carretera MA-557 desde Estepona:
A mitad de camino, en el cruce entre Genalguacil y Jubrique se encuentra el desvío para subir a la zona de Los Reales. Una pequeña carretera da acceso a una explanada desde la que podemos empezar a contemplar las impresionantes vistas de la zona, llegando a distinguirse Marbella, San Pedro de Alcántara y algo de Mijas.
Desde este punto es posible seguir recto hacia un área recreativa con algunos establecimientos y un sendero.
Pasando el área recreativa llegamos a la Plazoleta de Salvador Guerrero, donde es posible dejar el vehículo.
Desde ahí comienza el pequeño sendero del mismo nombre, que lleva hasta un mirador.
Volviendo atrás sobre nuestros pasos hasta la explanada de acceso, los carteles nos indican la ruta de subida hasta la cima del Pico de los Reales
El problema es que esta subida hasta el pico se encuentra en muy mal estado, y la carretera solo es practicable con vehículos preparados para terrenos de grava y tierra suelta.
Si contravenimos el sentido común y subimos en vehículo, o lo hacemos andando, será posible llegar hasta zonas de poca inclinación que podemos hacer a pie para llegar a disfrutar de estas vistas a más de 1400 metros de altura.
Imponente en medio del paisaje el Peñón de Gibraltar y la Bahía de Algeciras.
En la bajada se suceden los impresionantes paisajes tanto hacia el lado oriental como el occidental de la costa.
Una vez visitada la zona, volvimos a bajar por la misma carretera hacia Estepona, parando a mitad de camino para contemplar la montaña que previamente habíamos coronado.
El resto de la tarde lo pasamos visitando Marbella, dándonos un chapuzón en Puerto Banús y, finalmente, volviendo a casa al atardecer.
Mención especial la cena que tuvimos en el Restaurante Venta Pinto, en la barca de Vejer, impresionante la hamburguesa de retinto y la de atún que nos sirvieron.