Cubriendo las espaldas de Algodonales se encuentra la Sierra de Líjar, una sierra de roca caliza de la época Jurásica de gran importancia geológica y visible desde la mitad norte de la provincia gaditana.
Conocida popularmente como «El Mogote»,esta sierra presenta acantilados y fuertes pendientes, y está coronada por una gran planicie en la que se encuentran pistas de lanzamiento de parapente y Ala Delta.
Es gracias a la presencia de estas pistas de lanzamiento por lo que existe una pista que salva los más de mil metros de subida hasta los miradores levante y poniente, que nos ofrecerán unas vistas absolutamente increíbles.
La ruta para llegar es sencilla. Viniendo por la carretera de Antequera (A-384) desde el Oeste, tomamos el último desvío hacia el norte justo antes de llegar a Algodonales, dirección Coripe/Morón. Llegaremos a la pedanía de La Muela, que cruzaremos al completo, y justo después de atravesarla veremos la entrada al camino a mano derecha, tal como muestra la siguiente imagen.
A pesar de ser un camino de tierra y algo de grava, es totalmente practicable por cualquier vehículo. De hecho sorprende ver coches de toda clase subiendo y bajado la pista. Al inicio del camino nos encontramos con un área de servicio bastante concurrida, y según avanzamos vamos subiendo en altura y se van dejando ver los increíbles paisajes.
Llegaremos a un desvío inicial que nos permitirá parar en el Mirador de Poniente. Seguimos subiendo para continuar hacia el otro mirador para, a medio camino, dar con un llano entre ambos miradores que nos da visibilidad a norte y sur, con impresionantes vistas.
Hacia el sur ya empieza a asomar el embalse de Zahara y el Parque Natural de la Sierra de Grazalema como telón de fondo, ideal para unas fotos. Hacia el noroeste, la pedanía de La Muela y localidades en la lejanía para aquellos de ojo agudo como Montellano y Puerto Serrano.
Pero esto es solo el aperitivo ya que, subiendo un poco más llegamos finalmente al plato fuerte: el Mirador de Levante. Sorprende muchísimo encontrarse esta planicie tan bien equipada en, con mesas de merienda techadas y en perfecto estado, ideales para echar una tarde en plena naturaleza. Situado a más de 1000 metros de altura, las vistas desde este punto son indescriptibles. Tenemos 180 grados de visibilidad hacia el sur. Por un lado, el municipio de El Gastor a los pies del tajo Algarín.
Estirando el cuello hacia el norte se vislumbra Olvera, tierra de aceites, coronada por la Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación.
El principal atractivo sin duda alguna en cuanto a vistas se refiere tiene lugar bajando a los dos miradores que hay encarando la ladera sur.
Desde allí, prácticamente a tiro de piedra, la localidad de Algodonales se asienta al pie de la montaña, mientras que arropada por su embalse la población de Zahara se asienta como vecina.
Merece mucho la pena visitar este lugar, la paz reinante unida a las increíbles vistas te aseguran, al menos por un rato, librarte de todo el estrés y disfrutar de la naturaleza en pleno estado.