Cádiz en Moto

Nuestra última salida ha sido bastante interesante. La primera parada que planificamos fue el colegio salesiano de Campano, el término municipal de Chiclana. De pequeño estuve muchas veces en Campano de visita y de excursión, y de hecho mi padre estudió aquí cuando joven.

Curiosamente, según nos contaron allí en la actualidad el edificio se ha dividido en dos (en la segunda foto se ve el muro de color amarillo), manteniendo las funciones de colegio la zona oeste, y reutilizándose el resto del lugar como un «complejo» privado en el que teóricamente se hacen actividades de diversa índole.

Imagen
Imagen
Imagen

En los alrededores del colegio siguen estando los edificios industriales, ahora en desuso.

Imagen

Tras salir de allí hicimos una parada en la Venta Campano. Buen pan y barato.

Imagen

Saciada nuestra hambre mañanera cogimos el camino de vuelta dirección y chiclana, tomando la salida de la carretera del cementerio dirección Medina. Como ya comenté en el post de la primera salida, Medina me gusta mucho por su posición céntrica en la provincia. Desde todos los pueblos de la comarca de La Bahía es posible ver Medina de lejos, y desde muchos otros pueblos de la Provincia (como Vejer, Alcalá, etc). Es por eso que tenía pendiente subir a las ruinas del castillo de Medina, en las que han habilitado un mirador desde donde es posible tener una vista de 360º sin obstáculos de toda la provincia.

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Lo cierto es que las vistas son ESPECTACULARES. He subido en varias ocasiones y esta vez el tiempo estuvo de nuestra parte a la hora de hacer las fotos. Ahora bien, en lo alto del mirador siempre hace frío, así que hay que abrigarse bien! Si queréis saber más sobre Medina, echadle un ojo a este artículo o esperad a alguna de nuestras próximas salidas, porque por su posición en el mapa Medina casi siempre es parada intermedia en nuestro camino.

Bajamos de las alturas y tomamos rumbo hacia San José del Valle, una población joven (no fue municipio independiente hasta 1995) que nunca habíamos visitado antes. Ubicado a los pies del imponente Cerro de la Cruz, San José del Valle sirve como puesto de vigía, concluyendo las extensas llanuras de la campiña de Jerez y dando paso a los terrenos montañosos del Parque de los Alcornocales. Dimos una vuelta por el pueblo, visitando la principal iglesia y el ayuntamiento.

Imagen
Imagen

Nos acercamos a los pies del cerro, pero vimos que el acceso a la cima solo está habilitado para todoterrenos, y viendo la mala experiencia que tuve en el cabo de Trafalgar, decidimos darnos la vuelta y dirigirnos a nuestro siguiente destino.

Imagen

Arcos de la Frontera es otro de los pueblos de las alturas de la provincia. Con una extensa historia, el casco antiguo alberga el Castillo de Arcos (en la actualidad una propiedad privada) que comparte plaza con la Iglesia de Santa María de la Asunción, y las iglesias de San Pedro y San Agustín.

Imagen

Su ubicación en la Peña de Arcos (por encima de los 200 msnm) da lugar al conocido como Balcón del Coño (aunque parece que este nombre también se lo disputa el balcón del puente de Ronda) en su lado sur, con unas vistas espectaculares. De igual modo su cara Norte también cuenta de interesantes vistas del transcurso del río Guadalete y del embalse de Arcos.

Imagen
Imagen
Imagen

Inicialmente pensamos en almorzar en el bar La Cárcel por sus buenas críticas, pero dado que estaba cerrado decidimos ir al segundo de la lista en TripAdvisor, la taberna Jóvenes Flamencos. Lo cierto es que la comida nos decepcionó un pelín, pero el precio, la ambientación y la atención compensaron.

Imagen
Imagen

Tras comer dimos una pequeña vuelta por la zona. Si vais en coche lo mejor es dejarlo aparcado antes de emprender la subida hacia lo alto del pueblo ya que es difícil aparcar – e incluso maniobrar, hay zonas en las que hay que plegar los retrovisores para cruzar.

Imagen
Imagen
Imagen

Dado que se nos estaban acercando algunas nubes de color amenazante decidimos salir de allí. Para tomar el postre fuimos a Lomopardo, una pedanía al sureste de Jerez. En particular, visitamos la Venta Lomopardo, con postres caseros y buenas carnes que hemos tenido ocasión de probar anteriormente a precios bastante populares. Tarta de queso para mí y postre de chocolate con galleta para la señorita.

Como caía la tarde, decidimos emprender el camino de vuelta a Cádiz. Cuando voy en la moto odio tener que tomar la autopista para ir o volver de Jerez, es monótona y el camino se hace largo y pesado. Por ello, cogimos la autovía Jerez – Los Barrios, que tiene un paisaje más bonito, hasta llegar al cruce del Pedroso y la venta Andrés, de ahí cogimos la carretera del complejo endorreico de Puerto Real hasta llegar a éste y de ahí a Cádiz pasando por la barriada del Río San Pedro.