Cádiz en Moto

Tras bastante tiempo sin actualizar por asuntos personales ya estamos de vuelta en Cádiz en Moto. Y qué mejor forma de hacerlo que con una buena vuelta en moto.

En esta ocasión, para inaugurar el mes de Junio hicimos la ruta más larga hasta la fecha, llegando hasta Ronda. Pero empezamos por el principio. Os dejo primero la imagen aproximada de la ruta que seguimos.

Ruta

Como veis, salimos de Cádiz y tomamos la carretera del complejo endorreico de Puerto Real hasta llegar a Paterna de Rivera. Salimos hacia el norte y llegamos a Arcos de la Frontera. Allí estuvimos almorzando en uno de los bares que nos habían recomendado hace tiempo y que en anteriores ocasiones habíamos encontrado cerrado: Bar La Cárcel.

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La comida estuvo bastante bien. Las tapas no estaban mal de precio, aunque la variedad no era muy amplia, pero lo que pedimos mereció la pena.

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Tras comer, como solemos hacer cada vez que venimos a Arcos, nos acercamos al balcón del coño. Allí siempre hay un puestecillo con aves rapaces que cualquiera se puede acercar a tocar.

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Los que llevan el puesto son buena gente y te insisten bastante en que cojas las aves. Si quieres, puedes dejar una propina. Lo cierto es que merece la pena.

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El maestro de las aves nos dijo que el resto de animales se lo había llevado su compañero a unos eventos en Ronda (provincia de Málaga). Ese nombre se nos quedó aparcado en el fondo de la mente, porque luego resurgiría.

En fin, el objetivo inicial era ir a Setenil de las Bodegas, así que salimos de Arcos por el Norte cruzando Bornos, Villamartín y Algodonales. Al llegar a la carretera CA-4223 había un cartel que decía que estaba cortada. Al parecer había un desprendimiento y el asfalto se había venido abajo, así que tuvimos que hacer un gran rodeo por Olvera y Torre Alháquime, donde tendremos que volver en otra ocasión. La carretera todo este camino fue bastante mala.

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Una vez en Setenil, recorrimos el pueblo y sus increíbles cuestas. Pero lo más impactante, como siempre, son los edificios incrustados en la roca de la montaña.

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Aún a pesar de ser 1 de Junio… ¡se puso a llover! Afortunadamente fue un aguacero momentáneo, pero dejó las carreteras un poco húmedas.

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Estuvimos tomando una merendola en uno de los bares del municipio y decidimos hacernos a la carretera de nuevo. Ahora bien, en nuestra cabeza resonaba el mensaje de aquél cetrero: Ronda. Lo cierto es que el camino hasta llegar a Setenil había sido un rollo de curvas con asfalto en lamentable estado, y con la excusa de que era bastante temprano y teníamos el tanque casi lleno decidimos dirigirnos hacia el municipio malagueño, que apenas se encontraba a 15km.

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Al llegar, Ronda nos recordó rápidamente a ciudades como Algeciras o Málaga. No sé si será por la arquitectura o qué, pero se notaba que ya no estábamos en Cádiz. También influyó mucho que el municipio se encuentre rodeado en sus 360º por brutales cadenas montañosas, en parte debido a encontrarse ocupando la depresión de Ronda, destacando al oeste la cara oculta (para los gaditanos) de la Sierra de Grazalema.

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Otra vez las nubes estaban empezando a acechar y como nos encontrábamos bastante lejos de casa, simplemente nos paramos en un mirador en la esquina oeste de la ciudad, tras lo cual decidimos volver. Eso sí, no por el camino que tomamos a la ida, sino por la A-474 que une Arcos y Ronda. Una de las carreteras más interesantes que hemos tomado: paisaje brutal, asfalto en buen estado y curvas interesantes.

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A partir de Algodonales el camino fue el mismo que en la ida, exceptuando una parada en el mirado del Embalse en Bornos, lugar de envidiable tranquilidad.

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Y eso es todo! Os dejo con una última foto con el embalse con la Sierra como telón de fondo. Dentro de poco más y mejor.

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